El Cobre posee actividad fungistática y bacteriostática, inhibiendo la actividad vital de hongos y bacterias. En general el Cobre es retenido fuertemente en la zona superficial del suelo y por tanto es prácticamente inmóvil. Tiene una elevada afinidad por coloides del suelo y forma complejos estables con compuestos orgánicos. Las plantas lo utilizan como nutriente.